Esencia de la tarea
Juntar y organizar los recursos necesarios para desarrollar la serie de la mejor manera posible. (Esto obviamente también responde al tiempo disponible y a la “profundidad académica” a la que uno desee llegar.)
Descripción detallada
Hace años, oí a alguien decir que 1 minuto de planificación ahorraba 3 en ejecución. Esta tarea previa se fundamenta en ese consejo, y de manera especial nos exhorta a organizarnos.
Con esta tarea no estudiaremos nada, propiamente dicho. En cambio, nos prepararemos para poder estudiar con mayor eficiencia y eficacia cada día que nos toque hacerlo durante la serie.
Echa un vistazo a tus estanterías (bien sean estanterías normales o digitales). ¿Tienes lo que necesitas para preparar esta serie de una manera honrada? Es verdad que en última instancia uno no requiere más que la misma Biblia. Sin embargo, fortalecer y contrastar nuestras conclusiones con las de otros estudiosos de confianza es de sabios. Es más, ir al púlpito sabiendo que lo que compartirás con los creyentes son conclusiones apoyadas por otros aporta tranquilidad y confianza añadida.
Entonces, las preguntas del momento son los siguientes. ¿Qué recursos tienes? ¿Tienes unos buenos diccionarios o enciclopedias bíblicas? ¿Tienes algunos comentarios responsables sobre el libro bíblico que piensas estudiar?
Tampoco debes olividarte de artículos en revistas o sitios web que pueden ser de utilidad. Es posible que no gocen del mismo grado de confianza que ciertos libros impresos, pero esto tampoco es siempre el caso. Algunos materiales pueden ser muy buenos y de buen provecho – sobre todo si no dispones de otras opciones.
Para hacer
Para esta tarea, toca recopilar lo que tienes e “ir de compras” para lo que no tienes. También es importante saber qué recursos usarás en qué momentos de la preparación. Pon el reloj y a ver si puedes completar los tres pequeños trabajos siguientes en 30 minutos o menos.
- Haz una lista de los recursos que tienes que pueden servirte para la preparación de esta serie. Piensa tanto en recursos “introductorios” al libro bíblico en cuestión como aquellos que te ayudarán versículo por versículo.
- Haz una lista de lo que te falta para preparar esta serie. ¿Puedes comprar algunos de estos ahora? ¿Puedes pedir algunos prestado de algún colega ministerial? ¿Puedes encontrar algunos en internet – siempre que no te implique en el pecado de la piratería?
- Haz una lista de los artículos, capítulos, o libros que leerás para comenzar tu preparación de esta serie. Esto formará la lista inicial para lo que harás en la tarea previa 4: “Investigar y resumir información introductoria.” También servirá como base para el trabajo de cada semana durante la serie.
A tener en cuenta
A propósito, ¿Cómo sabes si algo es “bueno” o no? En la contraportada, toda editorial te argumenta que su libro es el que faltaba y te ofrece una lista de reseñas de personas reconocidas para avalarte esa opinión. ¿Pero será ese el caso realmente, o se trata simplemente de otro ejemplo de que también las editoriales cristianas viven del marketing?
En el mundo de habla inglesa desde hace ya años tenemos la buena suerte de contar con un creciente número de libros de valoración escritos por eruditos que realmente saben de lo que hablan. Sólo para poner dos ejemplos de esta clase de trabajo, podemos mencionar los dos volúmenes publicados conjuntamente por Baker Academic y Inter-Varsity Press que evalúan la oferta de comentarios sobre el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento (Old Testament Commentary Survey, Tremper Longman III y New Testament Commentary Survey, D.A. Carson). Además, ahora hay sitios en internet que recopilan información de varias fuentes de confianza y nos ofrecen una especie de mega-valoración. Quizás el mejor de estos sea www.bestcommentaries.com. Personalmente, desde hace varios años, vengo usando y recomendando este sitio web a cualquiera que se maneje con el inglés. Nuestra colección de Bosquejos Analíticos se apoya en las puntuaciones calculadas por este sitio web.
Desafortunadamente, en castellano la oferta en este campo es bastante más limitada – tanto en los mismos comentarios publicados, como en herramientas que los evalúan. Por consiguiente, habrá que recurrir, probablemente, al sistema de toda la vida: preguntar a colegas ministeriales y profesores de seminario, aunque – eso sí – también podemos ver las opiniones aportadas por lectores en sitios web como Amazón y diversas otras librerías digitales.
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