Esencia de la tarea
Esta tarea pretende que sintetizamos, en una pocas oraciones, lo que sería nuestra conclusión sobre cómo cada punto importante es aplicable a a nuestros oyentes. Es responder a la pregunta, «A la luz de la reflexión que he hecho sobre esta afirmación del texto, ¿qué quiere decirle exactamente Dios a mis oyentes con este punto?»
Descripción detallada
Probablemente la manera más eficiente de trabajar esta tarea no será de forma independiente. De hecho, probablemente sea más eficiente trabajar las tareas 2, 3 y 4 de manera seguida para cada afirmación del texto que hacer la tarea 2 para cada punto, luego volver sobre cada punto con la tarea 3, y finalmente volver a retomar cada punto con la tarea 4.
Desde luego que cada una de estas tareas se puede distinguir como una reflexión distinta, pero a nivel práctico, probablemente el trabajo sea más eficiente y mejor si, una vez identificado cada punto, tomamos cada uno a su vez y le dedicamos nuestra atención ininterrumpida hasta terminar. Así que, si tengo cuatro puntos principales que surgen de cuatro afirmaciones que he identificado en el texto, tomo el primero, le aplico las 3 preguntas de desarrollo (tarea 2), profundizo en su aplicación (tarea 3) y resumo la interpretación aplicada a la que he llegado (tarea 4).
Para hacer
Y en cuanto a lo que habría que hacer en esta tarea sería simplemente redactar, en una o dos oraciones, mi interpretación de cada punto, aplicado a mis oyentes. Si lo pienso en términos de mi sermón, sería como preparar una conclusión para cada punto principal del sermón. Si el pasaje tuviera cuatro puntos principales, cada uno debería tener su propia conclusión o resumen. Es posible que en la misma predicación no «concluya» cada sección ofreciendo ese resumen de manera textual, pero si no lo hago, por lo menos debe ser el fundamento sobre el que cada sección acabe.
A lo mejor cuento una anécdota que transmite ese punto de una manera más dinámica. O cito una frase célebre… Pero la anécdota o la frase, sólo aparecen porque recogen lo que ya he determinado que es la interpretación aplicada de ese punto. Y aún así, normalmente, sí vendrá a cuento decir directamente lo que has concluido que sea la interpretación aplicada de cada punto. Sería como la idea principal de cada afirmación del pasaje.
Terminada esta cuarta tarea tu trabajo sobre cada punto importante estará completo. Para cada afirmación del pasaje tendrás:
- Una expresión clara del punto a interpretar.
- Una reflexión sobre la clase de explicación, comprobación o aplicación que ese punto necesitará.
- Unos enunciados sobre la relevancia teológica y vivencial que cada punto tiene con referencia a tus oyentes, tomando en cuenta las diferencias culturales que pueden existir con la audiencia original.
- Una interpretación aplicada para cada punto, resumida en un par de oraciones.
A tener en cuenta
Como sugerí arriba, esta tarea no es nada más que recoger el fruto de la reflexión que has hecho en las tareas anteriores. Pero tampoco quiero mermar su importancia.
Cuando estuve en el seminario oí en alguna clase de homilética que si un punto era lo suficientemente importante como para desarrollarlo en el sermón, era lo suficientemente importante como para aplicarlo. De ahí que resumir la interpretación aplicada de cada punto tenga una relevancia capital. ¿Para qué todo el trabajo de exégesis o interpretación si no piensas ofrecer las conclusiones a la gente? A veces nos vemos hablando y hablando, pero sin concretar nada. Hacer eso es malgastar el tiempo de la gente que nos escucha.
Así que ¡resume la interpretación aplicada de cada punto!
- Cuando llegue la hora de estructurar tu bosquejo y redactar tu manuscrito, habrás adelantado tu trabajo muchísimo con un contenido que realmente hará que las distintas porciones parezca que se escriben solas. Eso es porque sabrás a qué irás a llegar con cada sección del sermón.
- Luego, cuando llegue la hora de predicar, tus sermones ganarán mucho en relevancia ante los ojos de tu congregación, debido a que has pensado de forma muy clara sobre lo que Dios les está diciendo por medio del texto.
Ambas ventajas – tanto en preparación como en exposición – son lo suficientemente importantes como para merecer el esfuerzo ahora. ¡Pruébalo!