Esencia de la tarea
En esta tarea uno deliberadamente se esfuerza en ubicar la porción que predicará en su contexto. Consiste, como mínimo, en describir el contexto inmediato y relacionarlo con el material de fondo clave. Realizar esta tarea es una apuesta clara por asegurarse de que el mensaje del domingo participe del mensaje completo del libro del que sale.
Descripción detallada
Afortunadamente, aunque se trate de una tarea importante, si uno ha hecho bien su preparación previa, esta tarea puede llevar menos tiempo de lo que pueda parecer. Este es especialmente el caso cuando uno ha conseguido desarrollar a conciencia el trabajo que se recomienda en la tarea de Preparación previa 5: «Trazar las líneas maestras del libro». También puede ser bastante más fácil de realizar una vez que uno se encuentra en plena serie, porque podrá echar mano de algo del trabajo que hizo en este campo para las porciones anteriores.
Posiblemente una buena manera de enfocar esta tarea para realizarla de forma eficiente y útil, sea pensando en comunicársela a otro. Concretamente, si tuvieras 30 a 60 segundos para contarle – por ejemplo – al panadero en qué tramo del libro bíblico y en qué momento del argumento se encuentra la porción que tienes que predicar este domingo, ¿qué le dirías?
A propósito de lo anterior, uso dos palabras un tanto inusuales para enfocar el matiz de esta tarea: «tramo» y «momento».
- Con «tramo del libro bíblico» quiero señalar que no es suficiente decir, «nos encontramos a mitad del capítulo 4.» Es de mucho mayor valor didáctico poder comunicar algo descriptivo. Pensar en un tramo nos ayuda a pensar que es más útil a nivel descriptivo decirle a alguien que nos encontramos en la parte sinuosa de la carretera que va entre Almazán y el Burgo de Osma, que decirle que nos encontramos entre el km 24 y 35 de la CL-116. La segunda identificación es muy precisa, sí, pero no nos transmite tanto como la primera descripción. De manera similar, siempre podemos comentar a nivel de capítulo y versículo en qué parte del texto nos encontramos, pero eso no es de mucha ayuda didáctica para la congregación.
- Con «momento del argumento» quiero destacar la naturaleza dinámica de un desarrollo lógico. En una porción determinada, el autor estará desarrollando una parte de lo que quiere decir y no otra. Saber destacar para nuestra congregación en qué parte de ese desarrollo nos encontramos les ayudará mucho a entender los contenidos específicos que el autor incluye en la porción bajo estudio. Volver a tomar contacto con nuestros mejores bosquejos analíticos puede ser de utilidad en esto.
Para hacer
Prueba a resumir estos asuntos en unos párrafos. Puedes, por ejemplo, completar las dos oraciones que aparecen abajo para que te sirvan de patrón orientador.
“Recordemos que esta porción no es una perla suelta que Jesús…, Pablo…, Pedro…, etc. deja caer por ahí. Forma parte de un contexto y nunca seremos fieles al mensaje bíblico si nos olvidamos de esto.
- Justo antes trató la cuestión de (… rellenar).
- Justo después (… rellenar).»
Luego, asegúrate de incorporar lo que has escrito en el lugar idóneo del bosquejo de tu sermón. Y dado que todavía tienes bastante estudio por delante, no te sientas mal si necesitas volver sobre lo escrito y matizarlo en función de tu estudio.
A tener en cuenta
Posiblemente, la tarea de describir el contexto inmediato y relacionar el pasaje con el libro en su conjunto sea más fácil cuando se predica narrativa. Hay algo natural en ello. La necesidad de situar el episodio del día en la historia más amplia se auto-sugiere. «Recordemos que en la porción que estudiamos el domingo pasado, (1.) Samuel acaba de… (2.) Ahora…»
Quizás nos ayude tomar prestado de la narrativa esta necesidad y aplicarla a cualquier predicación, dado que, si predicamos perícopa por perícopa, nuestros oyentes, también experimentan las porciones estudiadas de manera «episódica». (1.) El domingo pasado, eso. Hoy, esto. (2.) El domingo que viene, aquello.
Si las porciones narrativas tienen una dificultad potencial, quizás sea la de que uno puede quedarse meramente con los aspectos temporales y vivenciales de lo narrado, olvidándose de los fines teológicos por los que el autor escogió narrar la porción y narrarla de la manera en que lo hizo. Por lo tanto, cuando trabajemos con narrativa, no nos olvidemos de hacer un esfuerzo especial por situar toda porción, no sólo en su contexto temporal, sino también en su contexto teológico.
Debe estar conectado para enviar un comentario.