Cuando comienzo a estudiar un pasaje, lo primero que hago es leerlo muchas veces y en varias traducciones. Sin embargo, he descubierto que no llego a demasiada profundidad en mi estudio si no miro fijamente al texto tomando en cuenta las normas de interpretación.
C.S. Lewis, describiendo cómo entender un cuadro, escribe lo siguiente:
Debemos mirar y seguir mirando hasta que hayamos visto exactamente lo que tenemos delante. Nos instalamos ante un cuadro para que éste nos haga algo, no para hacer nosotros algo con él. Lo primero que exige toda obra de arte es una entrega. Mirar. Escuchar. Recibir. Apartarse uno mismo del camino. [C.S. Lewis, An Experiment in Criticism (Cambridge: Cambridge University Press, 1965), p. 19.]
Lo mismo se tiene que hacer para poder entender un pasaje de la Biblia: Mirar. Escuchar. Recibir. Apartarse uno mismo del camino.
A continuación he puesto una compilación de detalles que uso como guía durante mis lecturas repetidas. Me ayudan a mirar fijamente el texto. Elementos:
- El género literario del pasaje
- La estructura u organización de las ideas, imágenes, o eventos
- Introducción
- Progresión
- Clímax
- Eje central
- Causa y efecto
- Análisis
- Conclusión
- La repetición de palabras, frases o ideas
- Los elementos literarios figurativos
- Símil: Comparación o semejanza entre dos elementos
- Metáfora: Un símil no expresado
- Hipérbole: Exageración
- Metonimia: La designación de una cosa con el nombre de otra
- Sinécdoque: La designación de un todo con el nombre de una de sus partes o viceversa
- Personificación: Atribución de cualidades humanas a lo que no es humano
- Ironía: Se da a entender lo contrario de lo que se dice
- Las palabras conectivas o de enlace (y, o, pero, …)
- Las palabras que expresan tiempo (después, antes, mientras…) y lugar
- Los contrastes o las comparaciones
- Los términos de conclusión o de resultado
- Los verbos (tiempo, modo, voz)
- Cualquier detalle que presenta información sobre el autor o sus oyentes