Esencia de la tarea
Rellenar todos los apartados del bosquejo con el texto íntegro que necesitas para comunicar cada punto y subpunto del sermón de una manera clara y segura.
Descripción detallada
En ciertos sentidos, no hay demasiado que decir sobre esta tarea. Tienes un bosquejo y hace falta rellenarlo. Si piensas predicar con un bosquejo de manera algo extemporánea habrá menos para hacer en este momento. Si piensas predicar con un manuscrito completo, todavía hay faena. Probablemente todavía tengas que redactar párrafos enteros que desarrollen lo que ahora mismo está solo a nivel de ideas en tu bosquejo.
Hay que ponerse a escribir. Tomará su tiempo y, por ello, es necesario apartar un tiempo adecuado.
Para hacer
Hay que escribir.
No hay más remedio.
A tener en cuenta
Aprovecha, lo más posible, cualquier contenido completado de tu exégesis inicial. A lo mejor mucho de esto todavía está en un estado un tanto «bruto». Este es el momento de pulirlo de manera definitiva.
Siempre que me veo enfrentado con un trabajo minucioso que requiere un esfuerzo sostenido de varias horas, me ayuda dividirlo en partes. De hecho, llevo ya más de un año trabajando con un sistema en el que me concentro unos 25 minutos sin interrupción y luego descanso 5 minutos. Repito este patrón en bloques de cuatro, con un descanso algo más largo al finalizar el cuarto bloque. Es decir, el patrón acaba siendo el siguiente: 25/5, 25/5 / 25/5, 25/15. Finalizado el descanso de 15 minutos, arranco con otro bloque de 4×25/5. Los descansos son muy importantes. Los aprovecho para beber agua, estirar los músculos, relajarme mentalmente, y atender cualquier necesidad personal o familiar que he postergado durante los 25 minutos de concentración. Lo asombroso es cuánto me ayudan estos pequeños descansos a mantenerme enfocado sin distracción significativa durante los tiempos de trabajo. Es más, hay muchas veces que, si me encuentro «bloqueado» mentalmente al escribir, al tomar el descanso y estar pensando en otra cosa menos complicada unos minutos, de repente, se me ocurre la idea que me faltaba.
A lo mejor prefieres hacer algo parecido, pero de una manera más orgánica. En lugar de bloques de 25 y 5, prefieres establecer metas relacionadas con el mismo desarrollo del sermón. Por ejemplo, podrías concentrarte en redactar un subpunto y luego descansar unos minutos. Otro subpunto y otro descanso. Así hasta terminar.
Lo importante no es el método particular. Lo importante es terminar la tarea. Muchas veces esto sencillamente requiere disciplina y tenacidad. ¡Tampoco sobra pedirle fuerzas al Señor para acabar bien la tarea!