Es evidente que antes de preparar un sermón, o cualquier enseñanza bíblica, es necesario estudiar el texto en cuestión. Al hacerlo, acumulamos un montón de información. Cuando leemos el texto en sí, se nos resaltan detalles o se nos ocurren pensamientos. Leyendo los comentarios y consultando los diccionarios bíblicos encontramos respuestas a nuestras preguntas. Se nos ocurren ejemplos que sirven para rematar la verdad de algún precepto en particular. Toda esta materia es sumamente útil a la hora de escribir el texto final de nuestra presentación. Pero ponerlo todo en orden es todo un desafío.
¿Cómo podemos recoger todos esos detalles para que nos sean útiles de verdad?
Ésa es la meta que tenemos por delante: relacionarnos con el contenido relevante de tal forma que llegue a ser nuestro.
Para conseguirlo, debemos tomar notas de una forma organizada e intencionada, sea cual sea nuestro método preferido para hacerlo: fichas, un cuaderno en blanco, un procesador de textos, un «documento de notas» de Logos, etc.
En este artículo queremos recomendar un sistema sencillo para la toma de notas, pero primero proponemos algunas consideraciones básicas en cuanto a las notas:
A. Cada nota debería limitarse a una sola idea.
Una nota, por definición, es breve. Es una sola idea, un «fragmento» de información que contribuye a la respuesta de alguna pregunta que estamos intentando contestar. Estos fragmentos nos ayudan a recordar y a asimilar lo que hemos estudiado para poder así dar respuesta a la pregunta con nuestras propias palabras.
Si limitamos cada nota a una sola idea, nos es más fácil después poner las notas en orden según tema antes de escribir un resumen de su contenido.
B. Escoge tus fuentes con cuidado.
Limítate a los mejores tres o cuatro recursos que tienes a tu disposición, particularmente si el tiempo que tienes para estudiar es limitado. La sabiduría de este consejo va mucho más allá de la cuestión del tiempo. Me gusta la reflexión de Lutero sobre este tema:
«…Una gran variedad de lecturas confunde y no enseña. Hace que el estudiante sea como un hombre que vive en todas partes, y por consiguiente en ningún lugar en concreto. …El número de libros de teología debería…reducirse, y debería hacerse una selección de los mejores; porque muchos libros no hacen que los hombres sean doctos, ni leer demasiado tampoco. Pero leer algo bueno, y leerlo con frecuencia, por poco que sea, es lo que hace que los hombres sean eruditos en las Escrituras y que además sean piadosos.»[1]
C. Siempre… siempre… incluir la referencia bibliográfica completa.
Parece un rollo, pero es muy importante que sepas la fuente de cada nota. Por un lado te ayudará a evitar cualquier posibilidad de plagio, por otro lado, te ayudará a encontrar la cita de nuevo en el caso de que quieras aclararte sobre algún concepto o asegurarte de haber entendido bien el contexto.
D. Recuerda que tomar notas no equivale a copiar citas.
La tentación, particularmente en el mundo digital, es copiar mil citas a un archivo de notas pensando que más tarde volverás sobre ellas. Es demasiado fácil «copiar y pegar». Pero el resultado es que no asimilarás la información ni tampoco reducirás el contenido a una cantidad manejable. Esto es similar al consejo que siempre se da para el correo electrónico: ¡Ocúpate del correo cuando llegue al buzón! Nunca es más fácil volver a la tarea más tarde.
El historiador inglés Keith Thomas destaca que «una simple acumulación de fragmentos, lo que Milton llamaba ‘un paroxismo de citas’, puede convertirse rápidamente en un sustituto del pensamiento. ‘¿Qué importa una cabeza vacía con tal de que el cuaderno de citas esté lleno?’, se mofaba Jonathan Swift.»[2]
Con estas ideas en mente, sugerimos unos pasos sencillos para la toma de notas.
Un proceso sencillo para la toma de notas
1. Anotar la referencia bibliográfica completa.
2. Clasificar la nota según tipo.
3. Clasificar la nota según tema.
4. Apuntar los conceptos principales.
5. Repasar y resumir.
Miremos cada uno de estos pasos con mayor detalle, siguiendo un ejemplo:
1. Anotar la referencia bibliográfica completa.
Una referencia bibliográfica completa incluye lo siguiente:
Nombre y apellido(s) del autor.
Título del libro.
Mención de responsabilidad secundaria (traductor, prologuista, ilustrado, editor, etc.)
Nº. de edición.
Lugar de edición.
Editorial.
Año de edición
Página citada
2. Clasificar la nota según tipo
Hay cinco tipos de notas: ideas propias, citas, paráfrasis, resúmenes, y análisis.
El tipo de nota determina si necesitas citar el autor o no. Marcando cada nota con algún código, como los colores de un semáforo (verde, ámbar, rojo) o una serie de exclamaciones (!, !!, !!!), rápidamente te recuerda si tienes que citar o no.
Verde: La nota es tu propia idea y ninguna citación es necesaria.
Ámbar: La nota es un análisis o una conclusión basada en lo que hayas estudiado; es posible que una citación sea necesaria.
Rojo: La nota es una cita, un paráfrasis o un resumen de las palabras u ideas del autor y una citación es necesaria.
3. Clasificar la nota según tema
Cada texto tendrá una variedad de temas: contexto literario, contexto histórico y cultural, contexto del texto, palabras que requieren una definición, expresiones que provocan alguna duda, etc. Parte de tu cometido al estudiar un pasaje para su exposición es identificar los temas principales y pertinentes. Después de identificarlos, crea un archivo – digital, un sobre, una carpeta – para cada tema. Etiqueta cada nota según el tema correspondiente, o dentro de la carpeta correspondiente.
4. Apuntar los conceptos principales
No es necesario ni conveniente transcribir cada dato relevante como una cita. Es más, te ayudará a asimilar mejor el contenido si intentas resumir o parafrasear lo que otro autor escribe. Limitar tus notas a las ideas principales: las palabras y los conceptos más relevantes, te ayudará a la hora de hacer resúmenes. Decide lo que realmente importa y apunta eso.
5. Repasar y resumir tus notas
Antes de cerrar tus libros y guardar tu Biblia hasta tu próxima sesión de estudio, repasa las notas que has tomado y haz lo siguiente:
1. Resumirlas en tus propias palabras. Es preferible reunir todas las ideas que has sacado sobre un tema en un resumen de un párrafo o dos. Este párrafo sirve como un primer borrador sobre el tema.
2. Comprueba las citaciones: ¿Están transcritas correctamente? ¿Tus referencias reflejen el pensamiento original del autor?
Siguiendo estos cinco pasos, te asegurarás de hacer un trabajo de estudio completo y correcto. Además, ¡te ahorrarás tiempo!
Notas:
- Ewald M. Plass, compiler. What Luther Says: An Anthology, vol. 1 (St. Louis: Concordia Publishing House, 1959, p. 112, 113.
- Thomas, Keith. El arte de tomar notas, http://www.elmalpensante.com, accedido el 21 de febrero de 2012.
Bibliografía:
- Storm Fink, Lisa. Research Building Blocks: Notes, Quotes, and Fact Fragments. www.readwritethink.org, accedido el 21 de febrero de 2012.
- Fleming, Grace. Research Note Cards: 10 Tips for Taking Notes, www.thoughtCo.com, accedido el 21 de febrero de 2012, actualizado el 3 de marzo de 2019.
- DeShano, Cathy, and Emma Schroeder. Learning to Do Historical Research: A Primer, The Pleasures of Note-Taking, www.williamcronon.net, accedido el 21 de febrero de 2012.
- Biblioteca de la Universidad Carlos III de Madrid, Cómo citar bibliografía: Una guía de la Biblioteca de la Universidad Carlos III de Madrid para estudiantes ante su Trabajo de Fin de Grado, accedido el 27 de febrero de 2012.
- Seah, David. The Fast Book Outliner. davidseah.com, accedido el 27 de febrero de 2012.
- Thomas, Keith. El arte de tomar notas. www.elmalpensante.com, accedido el 25 de febrero de 2012.