Esencia de la tarea
Hecha la elección de un significado contextual para una palabra en la tarea anterior, prueba a describir en unas pocas frases lo que ese sentido contribuye al sentido de la oración en la que aparece. Por un lado, esto ayudará a aclarar ese significado en tu mente y, por otro, servirá como una pequeña comprobación: si no eres capaz de describir la aportación que ese significado hace al pasaje, a lo mejor no has acertado todavía.
Descripción detallada
Después de determinar el significado contextual probable de una palabra, toca pensar en la aportación que este significado hace al pasaje. ¿Qué se quiere transmitir en el pasaje al usar esta palabra con este significado?
Está muy bien que hayamos usado unos léxicos para llegar a sentidos probables con algunas de nuestras palabras más importantes. Sin embargo, hasta aquí esto representa recibir un poco de ayuda de parte de gente más experta que nosotros en los idiomas originales porque precisamente a nosotros nos falta algo básico con que contaban los lectores originales: el habernos criado con ese idioma en esa cultura en ese momento de la historia.
Pero incluso los lectores originales, que contaban con un amplio trasfondo en los usos de las palabras con las que se redactaron los libros bíblicos, necesitaban hacer lo que pretendemos hacer en esta tarea: preguntarse por lo que el autor quería decir con esas palabras. Parte de lo que hemos hecho hasta aquí es para llegar un poco más en igualdad de condiciones, a nivel de lenguaje, al lugar en que se encontraban los lectores originales. Pero ahora hemos de hacer lo mismo que ellos: entender lo que esas palabras con esos significados quieren decir.
Nuevamente, decir que aunque esto aparezca como «otra tarea a realizar,» en el trabajo normal, formaría parte de un proceso de reflexión bastante natural y breve.
- ¿Qué sentidos puede tener esta palabra?
- ¿Qué sentido es el más probable aquí?
- ¿Cómo he de entender lo que este sentido comunica?
Visto así, nos damos cuenta de que en la mayoría de los casos, esta reflexión generalmente no tomará más que unos minutos, si llega. Es una extensión natural del mismo esfuerzo mental anterior y – repito – normalmente hecho en el mismo momento para cada palabra. Hasta perfectamente podría haber descrito estas tres tareas como una sola, compuesta de varias partes. No lo he hecho así, en parte para resaltar cada aspecto y en parte porque hay actividades y herramientas para describir en esta secuencia.
Para hacer
1. Descripción. Como mínimo, entonces, esta «tarea» animaría a que (en tus notas para cada palabra importante) agregues una frase o dos sobre la idea que el sentido contextual transmite en el pasaje. Como ya hemos observado, en algunos casos anotar esto no llega ni a tomar un minuto. Es simplemente cuestión de asegurarte de que lo has entendido. Si te es de ayuda, un par de ideas te pueden servir para perfilar lo que escribes.
- ¿Eres capaz de describir la aportación que hace?
- La frase u oración que anotas ¿sería suficiente para aclarárselo a otra persona?
- ¿Es necesario distinguirlo de otros posibles sentidos contextuales que no son correctos?
Es posible, sin embargo, que con algunas de las palabras todavía quieras perfeccionar tu entendimiento, antes de contrastarlo con el de los comentaristas. Quizás, al intentar describir la aportación semántica contextual, te has dado cuenta de que todavía necesitas mejorar tu entendimiento, no sólo del valor específico contextual que el autor quería transmitir aquí con el uso de la palabra, sino también, quizás, por qué no usó otras posibles palabras.
Varios recursos adicionales pueden ser de ayuda, si dispones del tiempo necesario.
Para profundizar
2. Concordancias. Tradicionalmente, una de las herramientas indispensables para cualquier exégesis seria ha sido la concordancia. La razón es obvia y sencilla: si la mejor manera de saber los significados que las palabras pueden tener es viéndolas en contexto, una concordancia nos posibilita hacer eso de manera conveniente. Nos permite consultar todos los usos de una palabra y, según las características de la concordancia en cuestión, quizá verlos todos a la vez con lo suficiente del contexto incluido para no tener que abrir la Biblia al pasaje específico para poder verlo en contexto.
La consulta de una concordancia puede ser de especial beneficio para perfilar el uso que un autor bíblico determinado da a una palabra. Es decir, para ver, p. ej., cómo Pablo suele usar una palabra o entender mejor si Lucas, en Lucas y Hechos tiene un uso distintivo de un término particular.
Hay concordancias de diferentes tipos. Las menos útiles son aquellas que presentan la información de una sola traducción de la Biblia. Las más útiles son aquellas que están organizadas según las palabras de los idiomas originales, bien sean presentadas en castellano o en los mismos idiomas originales.
Lo cierto es que a estas alturas de la historia, cualquier concordancia impresa ha quedado superada, con diferencia, por las prestaciones de cualquier software bíblico, tanto en velocidad como en flexibilidad. Realmente ya no merece la pena invertir ni el tiempo ni el dinero en una concordancia impresa.
Resaltar que el uso que uno le debe dar a una concordancia es ver, en contexto, cómo se emplean las palabras. Es decir, su función principal es cotejar sentidos. Como señala Haskell, una concordancia no debe usarse simplemente para realizar «estudios de concordancia» donde uno junta una serie de versículos sobre una palabra determinada y los organiza para crear su sermón o estudio bíblico (Hermenéutica, p. 94).
3. Traducciones y Paráfrasis. Otro acercamiento al sentido de las palabras es comparando la manera en que las diferentes traducciones han entendido su función en contexto. Las elecciones de los traductores son una pista clara sobre cómo entienden el significado contextual de una palabra y, además, podemos ver cómo ese entendimiento interactúa con los otros componentes del contexto. Luego, si algunas de las versiones tienden más a la paráfrasis que a la traducción, veremos un esfuerzo por explicar ese sentido. A efectos de la exposición, esto puede ser de ayuda. Por ejemplo, si en 1 Juan 2:2, una traducción más literal versa, «El mismo es la propiciación por nuestros pecados…» (LBLA), una paráfrasis nos puede ofrecer un acceso más «digerible». Fíjate en como estas versiones, en términos de nuestra tarea, «describen la aportación semántica contextual» de la palabra propiciación. «Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados…» (DHH) o «Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados…» (NTV). Desde luego, una paráfrasis siempre es más «interpretativa», pero a efectos de aclarar la aportación de una palabra a un versículo concreto, puede ser muy sugerente. Es más, debido al hecho de que muchos de los miembros de tu congregación pueden tener estas versiones o paráfrasis, tomar contacto con ellas tiene el valor añadido de ayudarte a saber lo que están leyendo ellos, sobre todo si hace falta aclarar algún asunto.
4. Léxicos comparativos y expositivos
- Louw y Nida. Lástima que en este momento no esté disponible en castellano. Este léxico tiene un par de virtudes singulares en lo que comentamos en esta tarea. (A). Dado que la organización principal de este léxico es por dominios y sub-dominios semánticos, permite ver una palabra en cercanía de otras palabras semánticamente similares. Esto ayuda a distinguir posibles matices, si los hubiera. (B). Dado que fue preparado especialmente pensando en traductores del Nuevo Testamento, además de contener definiciones (y no solo glosas), en muchos casos los lexicógrafos han incorporado sugerencias destinadas a ayudar a los traductores a encontrar maneras de expresar los conceptos contenidos en la palabra en caso de que no existieran unas equivalencias fáciles . Es decir, este léxico, además de definir, en muchos casos también explica.
- Kittel. En la tarea anterior hice referencia a la obra monumental de Kittel y también señalé algunas cautelas a tener en mente en el uso de Kittel. Parte de la utilidad de esta obra es su naturaleza expositiva. Parte de su dificultad para el uso práctico es lo extensa que es – incluso en la versión compendio. (Otra obra similar, en inglés, es la de Colin Brown.)
- Vine. Es un léxico expositivo y por consiguiente recorre parte de la tarea que aquí uno mismo está haciendo. (Otras obras parecidas, en inglés, son las de Mounce y Zodhiates.)
- Estudios especiales. En un nivel accesible, están obras como la de Barclay, que expone 100 palabras importantes del Nuevo Testamento griego. En un nivel más académico, existen demasiadas monografías y obras multi-volumen como para comentarlas aquí.
- Otros léxicos y léxicos en desarrollo. Diccionario del Griego Bíblico, A. A. García Santos, Verbo Divino. Diccionario Griego-Español (DGE), Rodríguez Adrados, et. al. También el Diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento (DGENT), J. Peláez y la Facultad de Filología Griega de la Universidad de Córdoba.
A tener en cuenta
Gran parte de lo que uno realiza o no en este momento del proceso depende del tiempo del que se dispone. Si no dispones de mucho tiempo, no te compliques la vida, ni te sientas mal. Ten presente que al contrastar tus conclusiones con los comentarios (en la próxima tarea) estarás consultando las opiniones de estudiosos que sí han hecho estas investigaciones adicionales – ¡y muchas más! Con frecuencia descubrirás que el comentarista te hace una revisión general de todo lo anterior.
- Resume todos los usos distintivos de un autor bíblico.
- Contrasta las traducciones más interesantes.
- Evalúa las aportaciones y conclusiones de los léxicos más extensos y de los estudios especializados.
Así que si te ves corto de tiempo, pasa a la siguiente tarea. Sólo ten presente que el precio a pagar por ese ahorro de tiempo es, por un lado, que tendrás un contacto algo menos directo con el material, y por otro, que dependerás algo más del estudio de otra persona. Pero ante las demandas reales del ministerio, con frecuencia esta es precisamente la decisión más honrada. De ahí que, incluso, describo los puntos 2, 3 y 4. como «para profundizar» y no «para hacer». Además, si disponemos de comentarios fiables, tampoco deberíamos pensar que depender algo más de ellos vaya a mermar nuestro trabajo sobremanera.
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