Esencia de la tarea
Habiendo completado nuestro propio trabajo exegético, toca pulir ese trabajo con los mejores comentarios de los que disponemos. De esta manera nos aseguramos de no haber obviado nada importante, podremos matizar lo que hemos descubierto por nuestra cuenta, y tendremos ocasión de profundizar más, sacando partido del trabajo de otros. Al mismo tiempo, debido a que los comentarios nos ofrecerán aportaciones de diversos tipos, será importante recoger esa información de manera eficaz para uso posterior.
Descripción detallada
Esta tarea te pide trabajar varias actividades de manera simultánea. El asunto es que aunque la tarea principal a realizar es pulir tus decisiones exegéticas, es decir, llegar a «cerrar» tu trabajo formal sobre el «¿Qué dice?», lo haces en diálogo con tus comentarios. Esto te expone a una cantidad de material bastante amplio con posiblemente muchas ideas nuevas que te pueden distraer.
Sin embargo, la razón de dejar una lectura más extensa de los comentarios hasta aquí es para que tu propio estudio sobre el texto bíblico sea lo primario. Los comentarios te sirven de apoyo, y ¡quizás de mucho apoyo! Pero eso no quita que el enfoque primario siga siendo tu propio estudio del pasaje. De otra manera, la «exégesis» se podría convertir, más bien, en un mero cotejar las opiniones de otros.
Pero a estas alturas del proceso, ya tienes una buena idea del contexto del pasaje y su contribución al argumento global del libro. Ya tienes un buen manejo del contenido del pasaje desde la óptica de sus palabras en contexto. Ya tienes unas nociones claras de la estructura del pasaje y has resumido los pensamientos principales.
Con todo eso detrás, quizás la estrategia ideal sea leer los comentarios en función de los bloques que hayas identificado. En concreto, debido a que esos bloques representan las afirmaciones o proposiciones que irás a comunicar, ¿por qué no leer los comentarios desde esa óptica? Esta sugerencia no es particularmente ingeniosa: normalmente será cuestión simplemente de seguir el desarrollo normal de cada comentario. Lo importante es, más bien, en cuanto al enfoque de la lectura. No lees y tomas notas, sin más. Lo haces con referencia a los bloques de pensamiento que has determinado.
A efectos prácticos, eso significa que lees con mayor intencionalidad y resaltas y anotas con un enfoque más preciso. No estás estudiando con horizontes indefinidos. Estás preparando un sermón que se está perfilando según el trabajo que ya vienes realizando y que tiene que ser predicado a las 11 el domingo. Por consiguiente, si leer algo, resaltar algo, u anotar algo contribuye a ese fin, perfecto. Si no es así, pasa a lo siguiente que sí lo haga.
Para hacer
Lo dicho arriba sugiere que será importante desarrollar esta tarea con una estrategia clara. En más de una ocasión me he perdido leyendo en mis comentarios sin un objetivo fijo. Horas más tarde me he dado cuenta de que he recogido poco de toda esa lectura que, de una manera tangible, me haya acercado a un sermón terminado.
- Como decía arriba, quizás lo más importante a estas alturas sea estudiar (¡y recoger el fruto de lo estudiado!) en función de la estructura reflejada en los resúmenes que elaboraste en la tarea anterior. Es decir, guardar lo que recoges bajo esos bloques, dado que predicarás por medio de esos bloques.
- Normalmente, también trabajaría un bloque hasta terminarlo. Es decir, si el bloque que estuviera trabajando en un momento dado fueran los versículos 1-2b, leería lo que los tres o cuatro comentarios que estoy consultando dicen sobre ese pasaje, antes de seguir con lo que tienen que decir para el siguiente bloque, por ejemplo, los vv. 2c-4 (o lo que sea). Para la mayoría de nosotros, nuestras mentes sólo pueden trabajar eficazmente con un cierto volumen de material a la vez. Por lo tanto, mejor ir cerrando bloques de pensamiento, añadiendo y puliendo, hasta tener lo necesario para poder exponer esa porción.
- Evidentemente, la forma concreta de trabajar dependerá de las preferencias de cada uno y de si trabaja con papel o de manera digital.
- Si trabajas con papel y recursos impresos, una idea sencilla podría ser simplemente dedicar una hoja a cada bloque de pensamiento. Lees y anotas lo más destacado. Si dispones de un escritorio lo suficientemente amplio, puedes tener todos tus comentarios abiertos a la vez e ir de uno en uno hasta terminar el bloque en cuestión.
- Si trabajas principalmente en un medio digital, la idea básica no es diferente, solo los procedimientos. Desarrollaremos algunas ideas especificas sobre esto en el tutorial correspondiente.
A tener en cuenta
Como decíamos en el apartado correspondiente para la tarea M4, también será importante estar listo para dejar las anotaciones esenciales en los sitios apropiados si, en tu lectura, topas con algo bueno que no pertenece directamente al bloque que estés estudiando en un momento dado a nivel exegético.
- Un comentarista menciona una posible aplicación.
- Te viene a la mente una ilustración.
- Tienes una idea de cómo organizar el sermón a nivel homilético.
Para todo esto es bueno tener hojas listas -o mejor, si trabajas, en un entorno digital – archivos y documentos de notas listos para anotar lo vital y poder seguir adelante. Afortunadamente, si ya vienes trabajando de esta manera, no será necesario ajustar mucho tu forma de trabajar. Solo destacar que, en contraste con lo hecho con referencia a la tarea M4, donde la intención era simplemente ver lo que ocurría a nivel de las palabras, recomiendo que esta interacción con los comentarios sea una interacción más completa. De hecho, que sea la principal (y quizás definitiva) interacción con tus mejores comentarios. Por consiguiente, si al leer los comentarios y contrastar tus observaciones gramaticales y estructurales con los de los comentaristas, éstos hacen una aplicación u ofrecen una ilustración que sea de utilidad, asegúrate de hacer una nota de ello o de alguna manera resaltarlo para poder recogerlo cuando llegues a las tareas correspondientes en los días venideros.